Sendero del Río Borosa – Cazorla (07 Marzo 2009)

CRÓNICA DE UNA RUTA ANUNCIADA
¡ CAZORLA , CASI……NÁ ¡

Eran las 6 de la mañana, del día 7 de marzo de 2009, cuando un grupo de senderistas de la Asociación SEPTEM-VIAE de Carmona, nos disponemos a celebrar el primer aniversario del nacimiento de nuestra asociación. Esperamos impacientes e ilusionados el autobús que nos llevará a la Sierra de Cazorla para pasar el fin de semana descubriendo varias rutas, la primera la del Rio Borosa y la segunda la de Linarejos. Nuestro guía en esta ocasión será el monitor de montaña y amigo Luis López.

El grupo comienza la aventura y el autobús parte para ella, los senderistas van cogiendo “postura” en sus asientos, algunos cierran los ojos, quieren echar una cabezadita ya que la madrugada ha sido intranquila. El momento nos ha transportado a nuestra infancia cuando nos acostábamos el día antes de irnos a la playa y no pegábamos ojo pensando en ese día, nos esperan cuatro horas de carretera.

Al cabo de una hora de viaje, nuestros oídos escuchan la voz de un compañero que suavemente murmura ¿quieres una copita?..nuestros ojos se abren y vemos a tres hermanos y dos cuñados, los primeros pegados a la botella de anís, y los segundos los Antonios ofreciendo el licor y las pastitas, algo habitual en cada salida y que además se agradece.

Nuestro primer intento de parar en un bar o venta de carretera para desayunar es fallido, nada mas ver el camarero el autobús lleno de gente , tan temprano y todos con unas ganas locas de tomar café y tostada, el camarero sale con el dedo de un lado para otro…. NO , NO …..no hay café ….proseguimos el viaje y un poco mas adelante otro bar de carretera , en este no nos dió ni tiempo a parar, observamos al camarero casi escondido detrás de la barra….todos murmuramos este no quiere trabajar tan temprano; al final encontramos un bar y todos tomamos café con nuestra tostada.

Empezamos a subir por la carretera, camino de la sierra de Cazorla una carretera estrecha, todos agarrados al asiento contemplando unas vistas maravillosas, con unos acantilados impresionantes y que algunos y algunas se les encogía el ombligo…..por fin llegamos a nuestro destino, nada mas bajar del autobús a emprender la ruta del Río Borosa.

Eran las 10,45 de la mañana, un día claro y lleno de luz, con una brisa de aire puro que te llena los pulmones y te alegraba la cara , mochila en la espalda, bastón en mano y en marcha hay 22 Km. por delante que andar.

Todo a nuestro alrededor, es belleza, naturaleza pura, cada mirada era dejar en la retina una fotografía, escuchando el canto de los pájaros y el sonido del agua constante en nuestros oídos, a veces fuerte y a veces suave rompiendo la calma en cada cascada…..sin olvidar el ruido del clic de nuestras cámaras fotográficas que no paraban ante tanta belleza….todos marchábamos con ganas, alegres y contentos y el día tan bonito nos acompañaba.

Llevábamos casi 7 Km. andando
y nuestro guía Luis una paradita nos dá,
algunos con bocadillo en mano,
otros peros, plátanos,
o, naranjas para el gusanito de hambre matar,
queda todavía un tramo bueno por andar…
hasta la central eléctrica por llegar.

Ya en la central eléctrica empieza el camino mas empinado, nos quedan 3 Km. mas o menos por subir:

lleno de piedras , escarpado y de difícil dificultad,
hasta cabras en el camino nos encontramos despeñás….
dura fue la subida , bonito el paisaje contemplar
y al final todos contentos y orgullosos
en la Laguna Negra, como objetivo alcanzado ya…
Ahora volver para atrás,
pero esta vez sin subidas que realizar ,
cuesta abajo y sin parar, para el Hotel pronto llegar ,
ducha, cena y copita…hasta que el cuerpo aguante…
¡porque después de lo vivido, ni un paso “pa trás”!

Termino esta crónica, sin dejar de mencionar
la ruta de descompresión
que al día siguiente nuestro guía Luis nos dió
la ruta del Linarejo, ruta tranquila, relajada
con calma y con vistas bonitas para contemplar
y una vez realizada
todos al autobús para a casa retornar,
no sin antes en Bailen una paradita realizar,
dónde a nuestros estómagos un poquito llenar
y ya sin parar hasta Carmona llegar…
ha sido una experiencia sin igual ,
las gentes maravillosas, el ambiente ideal …
solo puedo decir que la volvería realizar.

Antonio Fernández Acosta
Asociación Septem-Viae