Valle del Ambroz – Hervas (28 Febrero 2013)

Después de dedicar varias reuniones a elegir el lugar para celebrar el V Aniversario de nuestra Asociación, seleccionar y reconocer las rutas a realizar; gestionar el hotel, el transporte, los seguros, el informe meteorológico para los tres próximos días, …. por fin llega el día de salir hacia Baños de Montemayor y hacer realidad lo proyectado.

Seis cuarenta y cinco del día de Andalucía. La noche ha sido lluviosa y todos llegan al punto de salida soltando el equipaje y diciendo “¡¡buenos días!!, huufff, nos vamos a mojar”. Antonio Hans juega al Tetris colocando mochilas y maletas mientras los cincuenta y cinco senderistas van ocupando sus asientos entre bromas y risas. Última comprobación y el autobús se pone en marcha en dirección a Sevilla. Breve parada para recoger a Celeste y continuamos camino para tomar la A66 que nos llevará hasta Baños de Montemayor. Nuestra presidenta, Manoli, toma el micrófono para darnos la bienvenida a transportes Hans, recordarnos que nos abrochemos el cinturón y obsequiarnos con copita de anís y pastas que nos auto-servimos del carrito camarera que poco a poco avanza por el pasillo. Con mejor cuerpo y esperando la parada para desayunar avanzamos por la A66. El tiempo empeora, comienza a nevar a la altura de Monesterio (¡veremos a ver!) y deja de nevar dejada atrás Mérida (¡menos mal!).

Nueve y cuarenta y cinco. Llegamos a la altura de Aldea de Cano y entramos en el área de servicio para desayunar, estirar las piernas, visitar al Sr. Roca y dar novedades e instrucciones a los que dejamos en casa.

Diez y veinte. Volvemos al autobús, recuento y en marcha. El tiempo mejora a medida que avanzamos y a las once cuarenta y cinco llegamos a Baños. Treinta minutos para instalarnos en el hotel y prepararnos para realizar la primera ruta. La recepción se llena de maletas y Teresa va repartiendo eficazmente las llaves de las habitaciones asignadas. En pocos minutos todos atendidos.

Doce y treinta. Salimos del hotel en busca de la restaurada Calzada Romana, el cielo está prácticamente limpio y hace un poco de frío. José Antonio nos explica la historia de la calzada al tiempo que nos invita a volver la vista hacia el valle y disfrutar del paisaje. Al final de la calzada tomamos un sendero que nos lleva al antiguo ferrocarril “Vía de la Plata”, en desuso desde 1984. Seguimos el trazado del ferrocarril, cruzamos el túnel y nos detenemos en el puente sobre el Río Garganta, el paraje lo merece. Continuamos por el ferrocarril, cruzamos por un puente el Arroyo la Renta y nos encontramos con el Sendero de los Arrieros, sendero que une las poblaciones de Baños de Montemayor y La Garganta. Nos agrupamos y tomamos este sendero en dirección a Baños, vadeamos por unas piedras el Arroyo la Renta y llegamos al Molino sobre el Río Baños. El lugar es adecuado para descansar un poco, comer algo y hacernos la foto del grupo.

Tres de la tarde. Tomamos el sendero que nos lleva a Baños y nos dirigimos al hotel. Los senderistas no están cansados y proponen pasar la tarde visitando Candelario. Hecho.

Cuatro de la tarde. Salimos de Baños y tomamos la A66 hasta Berja donde nos desviamos para tomar la carretera que nos lleva a Candelario. Las montañas que nos rodean están nevadas y también se ve nieve en la cuneta. A las cinco menos cuarto estamos en Candelario. La visita tiene el encanto añadido de los pequeños copos de nieve que comienzan a caer. Recorridas sus calles todos coincidimos con las compras de rigor: pimentón, embutidos, …..

Seis y media. Regreso a Baños. Deshacer el equipaje, una ducha y prepararnos para la cena.
Nueve de la noche. Pasamos al comedor dispuestos a cenar. La crema de calabacín no alcanzó para todos, ¡biiéenn!, el pollo al horno y el postre si (Tal vez olvidamos decir a Teresa que la cena tuviese menos mortero y más hormigón armado).

Diez de la noche. Teresa nos preparó una pequeña fiesta que algunos alargaron hasta la madrugada moviendo el cuerpo con el baile del pollo.

Nueve de la mañana del día uno. Desayuno y a preparar los bocadillos, el agua y la fruta para recorrer el sendero “Los Bosques del Ambroz”.

Diez de la mañana. Tomamos el autobús en dirección a La Garganta. La nevada del día anterior unido a las bajas temperaturas de la madrugada y las zonas de penumbra de la carretera, nos aconsejan ir con precaución pues puede haber hielo. Tras tomar dos curvas en dos tiempos, ¡¡bieeenn por Antonio!!, la carretera mejora y pronto llegamos a La Garganta.

Diez cuarenta. Comenzamos la ruta tomando el sendero que nos llevará hasta Hervás por el valle del río Ambroz. Después de recorrer un kilómetro llegamos al punto más alto. Paradita para disfrutar del maravilloso paisaje que nos ofrecen las montañas nevadas y el luminoso cielo que el día nos ha regalado. Continuamos el camino bajando por un serpenteante sendero de piedras, rodeados de bosques desnudos de robles y castaños, deteniéndonos de cuando en cuando para disfrutar del paisaje.

Doce y cuarenta. Llegamos al valle. Tras una breve parada para agruparnos, el buchito de agua, la fruta y descansar un poco, continuamos la ruta por un sendero menos empinado hasta encontrarnos con Río del Valle y cruzarlo por un puente de piedras. A partir de aquí, el sendero está bastante encharcado y la marcha se hace más lenta.

Una y veinte. Paradita para reagruparnos, buchito de agua y continuar la marcha por un camino de servicio. Cruzamos por un puente el Río Balozano y seguimos la ruta acompañados por la antigua vía de ferrocarril “Vía de la Plata”.

Dos y cuarto. Entramos en Hervás por el Barrio de San Andrés. Nos detenemos en el Río Ambroz junto al puente romano. Hora de reponer fuerzas y descansar antes de continuar la ruta hasta Gargantilla.

Cuatro de la tarde. Un pequeño grupo se da por satisfecho y se queda en Hervás. El resto reanudamos la marcha atravesando Hervás en busca del sendero que nos llevará a Gargantilla. Tras recorrer un kilómetro por la carretera, tomamos una pista forestal que no llevará hasta el Arroyo Romanillo. Paradita para reagruparnos y afrontar la última subida por un sendero que atraviesa el Castañar del Duque. Los recientes trabajos de tala ocultan el sendero viéndonos obligados a sortear los castaños esparcidos por el terreno. Retomamos el sendero y continuamos la subida hasta encontrarnos con una pista forestal que aún conserva restos de la nevada del día anterior.

Seis de la tarde. Dejamos atrás “Los Bosques del Ambroz”. Volvemos la vista para retener en nuestras digitales la maravillosa imagen que nos ofrece el valle, al tiempo que realizamos el trazado virtual del camino recorrido desde La Garganta hasta el punto donde nos encontramos. Seis y veinte. Llegamos a gargantilla. El autobús con el grupo que quedó en Hervás nos espera en el puente junto al río. Tras tomar unos pastelitos con una copita de anís que nos habían preparado ¡buena idea chicas! y estirar un poco, regresamos a Baños.

La ducha “calentita” nos deja nuevos. Como tenemos tiempo hasta la hora de la cena, unos lo aprovechan para pasear por Baños y otros charlando en el bar del hotel.

Nueve de la noche. La cena es mejor que la de ayer ¡gracias Teresa!. Después de cenar se forman grupos para jugar a las cartas el bingo o charlar tomando una copita. El cansancio se acumula y pronto nos vamos a descansar.

Nueve de la mañana del día dos. Desayuno y a preparar el equipaje.

Nueve y cuarenta y cinco. La recepción se vuelve a llenar de mochilas y maletas y Antonio Hans juega de nuevo al Tetric con ellas.

Diez y cuarto. Salimos para Mérida. El día se presenta con nubes y claros. Esta vez no tenemos pastas y anís ¡¡que no se repita!!. Paradita en Aldea de Cano para… ya saben, y continuar hasta Mérida.

Una de la tarde. Nos deja el autobús muy cerca del teatro romano. Disponemos hasta las seis y media para comer y visitar la ciudad. Silvia nos aconsejó sobre los mejores sitios para tapear así como los monumentos que no debemos dejar de visitar.

Seis y treinta. Tomamos el autobús y salimos de Mérida dispuestos para el último tirón. El cansancio hace mella y muchos dormitan durante el trayecto, ¡callarse no vayamos a despertar al conductor!.

Nueve de la noche. Llegamos a casa. Rápidamente salen del autobús senderistas y maletas. Al parecer todos tenemos ganas de llegar a casa.

Nos vemos en la próxima ruta.

Agradecimientos:
A Antonio Hans, por soportarnos, ser uno más durante el viaje y ser un conductor de primera. A Paco Sánchez, por dedicar su tiempo a organizar toda la intendencia. A José Antonio, (Turismo de Baños) por servirnos de cicerone en la primera ruta. A los ruteros, por no perdernos. A Teresa, por preocuparse de que nuestra estancia en el hotel fuese agradable. Y por último, y más importante, a todos los senderistas, por ser comprensivos y ayudarnos a cumplir el objetivo más importante, pasarlo bien y disfrutar de la naturaleza.

Los ruteros,
Juan Eslava
José Mª García
Antonio García
Gabriel Rodríguez